Enclavado en el Centro Cultural Yaganes de Río Grande, el Museo Fueguino de Arte, propone una visión absolutamente distinta para una ciudad; que no posee un política afianzada en materia artística, cultural o turística. O si existe, es endeble y poco difundido-
Al ingresar al salón de exposiciones, desde obras plásticas, fotográficas, hasta pequeñas instalaciones y esculturas, el ámbito es una oportunidad de acercarse a un mundo, quizás, desconocido o no explorado en esta ciudad.
Incontables fueron los motivos para iniciar una Colección de arte fueguina, que busca “apreciar la esencia estética de las obras y difundir el legado cultural” de ellas, reza una gigantografía.
“Muchas fueron las coyunturas que permitieron el desarrollo de la expresión creadora en Tierra del Fuego: Los dibujos realizados por las expediciones científicas, obras de artistas que visitaron la isla en trabajo de generaciones de artistas locales e incluso las piezas surgidas del hostil ambiente de la Cárcel de Reincidentes. Todos ellos encontraron su inspiración en esta tierra, su naturaleza, el paisaje y sus pobladores”
“Son obras de arte recuperadas del olvido, estudiadas y rescatadas del maltrato del tiempo para recobrar su esplendor y su esencia bajo la conformación de la primer Colección Provincial de Arte”
En la avenida Belgrano y Ameghino, el Museo Fueguino de Arte se alza como una alternativa cultural, en un sitio clave del desarrollo riograndense.
Nunca falta el desubicado |
El Intento
Miguel Pereyra |
Miguel Pereyra deambula por la Patagonia construyendo paisajes, tomando elementos que le sirven para hacer intervenciones efímeras, que se erigen sin pretensiones, a la espera de un registro que siempre será señal de ausencia.
Lejos de la Imposibilidad, su batalla es jugar con la belleza, con la marca de humanidad ante la inconmesurabilidad, aportar a través de un detalle, construir desde la nada. Como contracara, construye también una esperanza. Tal vez el camino nos encuentre sabiendo que no podemos huir, teniendo que aceptar que contra la naturaleza no se puede y mucho menos contra nosotros mismos. Pero siempre podemos modificar algo o al menos intentarlo.
Fernando Farina