La chacra Ruca Kelleñ (Casa de frutilla)
se ubica en Punta Paraná – Puerto Almanza desde 2012 y hace poco más de un año,
se encuentra abierta al público. Se trata de un establecimiento dedicado al
cultivo de frutas finas entre las que se destacan la frutilla, frambuesa,
corinto, ruibarbo, arándano, moras, casis y parrilla. Además, posee una casa de
te donde se pueden degustar exquisiteces de pastelería y licores finos de
frutas. Desde el 15 de noviembre al 15 de abril abre los días viernes, sábados
y domingos de 14 a 20 h en el kilómetro 10,2 pasando el río Almanza.
Puerto Almanza, poco a poco, abre su oferta
gastronómica y de servicios con la apertura de restoranes, kioscos, despensas y
una pescadería. Además de la oferta de turismo aventura con navegación por el
canal Beagle, canopy y pequeñas caminatas por el bosque del sur de la Isla
Grande. Una alternativa cercana y de una belleza muy particular.
La Chacra
Ruca Kelleñ es administrada por don Andrés Loiza, un marpletense que creció
en San Carlos de Bariloche (Río Negro) y que se radicó en Ushuaia hace algunos
años destacándose en el rubro de la panadería y pastelería. Antes de Punta Paraná,
su emprendimiento se ubicaba en el valle de Andorra en la ciudad y ante el
crecimiento de esa zona de Ushuaia, decidió mudarse a las cercanías de Puerto
Almanza.
Si bien es cierto que recorrer esa zona de la
ruta 30 (K) es habitual para muchos fueguinos, fue grata la sorpresa al acceder
al predio que se muestra muy colorido debido a diversas especies nativas de
flores y otras implantadas en un predio que conserva un estanque de castores y
un sector de cultivos. Las violetas amarillas, naturales de esta zona del
bosque subantártico, contrastan notablemente con el verde que cultiva don Andrés.
Luego de degustar un café en la confitería,
donde se puede acceder a pastelería fina y licorería de frutos cultivados en el
lugar, visitamos las plantaciones. Corinto, frambuesa, frutilla, ajo fueguino,
algunas variedades de lechuga y, ya en la zona de los invernaderos, don Andrés
nos contó -a una familia bonaerense de turistas y otros dos grupos de fueguinos-,
las particularidades para el cultivo y cosecha de frutilla en dos variedades.
También nos invitó a visitar su invernadero personal donde desde la menta al orégano
y tomillo, son especies para el consumo familiar.
Muchos de sus productos son adquiridos por
establecimientos de la ciudad pero en la generalidad, lo que nos contó, es que son
para uso y venta en su establecimiento el que llegó a recibir a 300 personas el
último fin de semana.
Un vínculo especial comparten el
establecimiento junto al Instituto Nacional de Tecnología Agrícola (INTA) y el programa
proHuerta, ya que habitualmente se realizan salidas de campo para aquellos que
participan de cursos de operadores hortícolas dictados por la repartición
nacional. Es allí, en Ruca Kelleñ donde ponen en práctica los conocimientos que
adquieren.