Caminarlo, conocer su
intimidad y vadear sus ríos fue la empresa encarada ayer, en un trekking de
aproximadamente 6 horas. En ellas, reconocí la vegetación de esta parte de la
isla grande y descubrí nuevas plantas.
Todo esto, con un telón desgarrador. Al norte, en cercanías de la costa sur del Lago, el bosque ardía por desidia de algún irresponsable. El humo, ocupó parte del valle y tiñó las cumbres de la Sierra Alvear.