Acceso al Paso Beban, el fuego consume el bosque |
Mientras el fuego continua arrasando el bosque fueguino, en cercanías de Bahía Torito en el Lago Fagnano, nos permitimos conocer un poco, la historia del famoso Paso Beban.
Una
de las primeras fugas de presos del penal de Ushuaia se produjo en 1908, y en
esta oportunidad, las autoridades del presidio encomendaron a Tomás Beban ir
tras la búsqueda de los penados, dado su conocimiento de la geografía de la
isla. Y Beban encaró el desafío. Llegó hasta el Valle Carbajal, y encaró hacia
el oeste noroeste. Al entrar al bosque, fue dejando marcas profundas con su
hacha en los troncos de las lengas y de los guindos, a una altura de menos de
un metro. El misterio de cierra sobre el resultado de la búsqueda de los presos
fugados. Pero fue en esa ocasión que tras cruzar tres valles llegó hasta el
fondo del último de ellos y se encontró con un paredón de acarreos de grandes
piedras. Era accesible. Lo atacó y llegó hasta lo más alto. Ahí vio que detrás
del primero, había otro, y siguió su travesía. Entonces verificó que las
laderas comenzaban a descender hacia la vertiente que culmina en el lago
Fagnano. Por allí, durante años, Beban llevó sus animales hacia las áreas de
pastoreo. Aún quedan antiguos corrales y algunos topónimos en la zona que
aluden a esas invernadas.
El
paisaje de hoy es singularmente diferente al que Beban pudo observar en 1908.
Grandes extensiones de los valles interiores están cubiertas de agua producto
de los embalses de los castores. Estos animales fueron introducidos en 1947,
justo el año en el que el Presidio de Ushuaia se desactivó como sitio de
reclusión de presos complejos y reincidentes, y se reservó para presos
políticos.
Las
marcas que dejara Tomás Beban en los troncos, hoy se las puede ver a más de un
metro y medio de altura, a causa del crecimiento de los árboles en casi un
siglo.
Fuente:
Portal Patagónico y Viviana Fernández