Finalmente todo el arduo trabajo que se realizó durante meses en el predio del ex frigorífico del barrio CAP de la Margen Sur ha llegado a su punto de culminación.
Esta noche se realizará el acto de inauguración de las obras de “Botero” y la iluminación del tanque del CAP, dos símbolos de la historia riograndense. La Fundación Hain fue la encargada de realizar una importante labor de recuperación de espacios históricos de la ciudad.
El antiguo predio del ex frigorífico fue declarado Monumento Histórico Nacional, y luego de un abandono casi total que Momentos en el Fin del Mundo ha cubierto en dos visitas, brindará un espacio social histórico para que todos los vecinos de la ciudad puedan visitar y disfrutar.
La obra de restauración refiere a la obra del “Botero”, hay dos ejemplares, los cuales eran utilizados para cruzar a la gente por el río Grande en momentos en que se dirigían a trabajar al frigorífico; asimismo, se realizará la iluminación del tanque del CAP, un emblema de la historia de la ciudad y de toda la Margen Sur.
Desde Momentos en el Fin del Mundo, saludamos la iniciativa de la Fundación Hain.
Para tener en cuenta: Un abandono injusto desde lo local a lo nacional
Momentostfd.com.ar realizó una investigación publicada por la revista Colores Complementarios bajo la nota titulada “De génesis de la ciudad a gigante olvidado” y está referido al ex frigorífico CAP. Durante los meses de marzo y abril de 2009 tuve la oportunidad de visitar el predio, por intermedio de terceros, y tomar fotos del lugar más característico de la Tierra del Fuego ganadera.
En el Predio
Gracias a Olga Pereyra –mediante gestión frente a los propietarios del predio-, en marzo y abril pasado pude acceder al predio donde se encuentra el Monumento Histórico Nacional, declarado así en el año 1999 por la Comisión Nacional de Museos y de Monumentos y Lugares Históricos.
Durante las dos jornadas en que fotografié el ex frigorífico, me encontré con la amabilidad de los cuidadores, quienes me acompañaron durante la visita a cada rincón de la obra.
Poco más de 300 fotografías alcancé a tomar y de ellas, sin temor a avergonzarme, unas 50 son más clarificadoras de las labores que allí se desempeñaban en principios del Siglo XX.
La piedra fundamental; la enorme nave principal; la chimenea roída por el óxido y el tiempo implacables; las panorámicas que desde el muelle ofrece la ciudad; la cisterna custodiando todo; las antiguas maquinarias que -a la intemperie- van vistiendo su hierro de rojo; y el tiempo que deja marcas indelebles en los muros, fueron de la partida aquella primera tarde.
Sin dudar caminé a la cisterna; escalé la treintena de hierritos que hacen las veces de escalones de aquella mole de hierro, los que me llevaron casi a la cúspide.
Nunca había visto la ciudad desde esas alturas y al sur del río. Una postal distinta. Me hubiera gustado ver la ciudad desde allí arriba pero en tiempos de oro del frigorífico. ¿Cómo sería esa Río Grande?
No me sentí muy cómodo subiendo más, aquella escala estaba sumamente destruida por el viento, el agua y el óxido.
Desde allí, tomé una postal del predio. La nave es inmensa, en forma de L, la parte que se ve desde el acceso conforma un enorme galpón, hoy utilizado para depósito, la otra conforma la línea de producción de la materia prima, desde allí también se ve un acceso para los animales.
Cuando decido bajar del tanque, camino por los vestigios de un incendio, quizás un galpón de madera y hierro. El fuego, deja su estampa en las madreas renegridas y los bulones rojos, por el perímetro que fue su base. Todo esta quieto, como detenido en el tiempo… Sólo el viento, incansable y constante, es el habitante más destacado.
Luego de recorrer todo el lugar, decidimos con Olga, seguir por una calle lateral al alambrado del ex frigorífico e internarnos en lo que pareciera ser un barrio detenido en 1940. Allí, aún están de pie algunas dependencias que formaban parte de este pequeño pueblo. La casa del Administración, la gamela de los peones, la enfermería, estafeta postal, telefónica y otras construcciones olvidadas.
Un final posible...
Releyendo la declaratoria de la Comisión Nacional de Museos y de Monumentos y Lugares Históricos me pregunto qué sucedió con tantos considerandos del proyecto y la posterior protección y restauración del lugar, la que aún no llega.
“Fue la instalación industrial más importante en su carácter” dice, “erigida en la Isla Grande de Tierra Del Fuego” y sostiene la misma que “expresaba la Argentina ganadera y exportadora de aquella época”
Y aunque “su construcción y puesta en actividad significó un hito fundacional en la génesis y consolidación del poblamiento primario de la Ciudad de Río Grande” su contribución al “desarrollo económico y social” nos se condice con lo que sucede en la actualidad. Abandono.
Más información:
Con información:
Fundación HAIN
www.momentostdf.com.ar
Todas las fotos: R. Andrés Toledo