El fenómeno de auroras australes, anunciado
por medios especializados, podría observarse en el sur de América, informó esta
tarde el director del Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC),
Jorge Rabassa. Dijo, además, que no afectarán a los humanos, los ecosistemas ni
la calidad del agua. “Es solamente en los sistemas eléctricos, informáticos y
telecomunicaciones”
Explicó que la “superficie del sol está en
permanente actividad y se generan grandes tormentas de energía, como
consecuencia de explosiones nucleares” de
grandes dimensiones. De ellas, se emiten partículas que llegan a la Tierra e “interfieren
con el campo magnético terrestre y se libera energía” y describió la
luminosidad que es propia de las auroras.
“Las auroras boreales –es decir, las del polo
norte- son mucho más comunes, en el sentido que la gente las percibe mucho más
porque viven mucho más al norte” en referencia al hemisferio del norte. “En la
Antártida estos fenómenos son comunes” y sostuvo que en Tierra del Fuego son
raros. “Normalmente las auroras se producen entre los 60º de latitud y los
polos respectivos”.
Consultado por las razones de la liberación
de energía, el científico detalló que se trata de un ciclo de manchas solares “se
van produciendo entre 11 y 12 años de duración” y recordó que el último episodio
se registró entre 2001 y 2002. En este sentido afirmó que se “esperaba” este
nuevo desenlace.
Sobre las consecuencias para el planeta,
Rabassa dijo que “sobre lo único que puede tener impacto, es sobre los sistemas
eléctricos, de comunicación. Sobre los satélites” y entendió que el flujo energético
“interfiere. Es posible que se registren anomalías o desperfectos” aunque desmintió
algún tipo de evento “catastrófico”.
Describió que en el pasado se registraron
episodios como “grandes apagones en algunos lugares del planeta. El más
impresionante de todos, uno solo del que se tiene registro, es lo que se llamó
el evento Carrington en agosto de 1859, donde la tormenta fue de tal magnitud
que destruyó todos los sistemas telegráficos y eléctricos que había en el mundo”
entonces.
Dijo que de suceder algo similar, “quedarían
destruidos los sistemas de telecomunicaciones, energía eléctrica, sin Internet,
computadoras” y enfrentaríamos una severa crisis en aspectos económicos. “En
realidad todos los eventos anteriores a Carrington, nunca fueron registrados
porque no había electricidad” detalló el funcionario del CADIC.
Sostuvo que no afectara a los humanos, los
ecosistemas ni la calidad del agua. “Es solamente en los sistemas eléctricos, informáticos
y telecomunicaciones” cerró.