viernes, 18 de febrero de 2011

Adiós Cine Roca (Primera parte)

Por un trabajo de investigación, me encontré unos cuantos días en Río Grande, visitando los archivos históricos del querido TIEMPO Fueguino y Diario El Sureño, en busca de material periodístico relacionado con la Constitución Provincial y la nueva Provincia.

Año 2011, lo vertiginoso se ocupa de Río Grande
Luego de hojear en el Tiempo, me dirigí por calle Espora a la redacción de El Sureño. Paso obligado por el centro comercial cercano a la Plaza Almirante Brown, me topé con la modernidad de los nuevos edificios que habitan esta nueva Río Grande y también, con la desaparición del viejo edificio del Cine Roca.

Hace muchos años dejó de funcionar como tal –en los 90 con el advenimiento del video cable- y paso a ser una casa de importación, pero para mí, que guardo imborrables recuerdos de la infancia y esa Río Grande, la desaparición de ese lugar es la confirmación que la ciudad cambia vertiginosamente.

Tomé mi cámara y fotografié cómo las máquinas clavaban sus poderosas palas en la tierra, y al lado, -imperturbable- la vieja confitería Roca, que a pesar de los años conserva el aire detenido de aquel viejo pueblo de pocos.

En el interior de la Confitería Roca, conservan fotos de época
No intento –con este artículo- hurgar el sitio de los periodistas historiadores ni mucho menos. Simplemente quiero recordar (y hacer un homenaje) a un lugar que fue protagonista de esa sociedad; donde el cine y los pocos boliches, eran  el divertimento de los riograndenses.

Afortunadamente, la red social Facebook dio lugar a un rincón de recuerdos y vivencias compartidas en el sitio “Yo fui al CINE ROCA en Río Grande, Tierra del Fuego” donde muchos riograndesnses evocan aquellos tiempos.

La historia del Cine por un protagonista

Según le contó Juan Andrés Fernández a Miguel Vázquez (en una nota aparecida en 2005 en El Sureño), don Juan Antonio Fernández era español y había llegado a la Argentina “escapando de la guerra. Llegó a Buenos Aires, después bajó a Comodoro Rivadavia, y luego vino a Río Grande entre las primeras delegaciones de YPF que vinieron a trabajar a la isla”

Su madre, que hace poco cumplió 103 años, se llama María Jesús Apablaza. “Ella fue el alma de todo, fue la que siempre nos impulsó, nos metió fuerza, la que trabajó junto con nosotros” cuenta el hijo de los fundadores del Roca.

Cuenta que también Fernández padre trabajó como “camionero, trabajaba con fardos, con leña, y después ya hizo el famoso Cine Roca”

Juan Andrés evoca: “Muy lindos recuerdos nos trae, porque fue durante muchos años que trabajamos con eso, y además era una época totalmente distinta a la de ahora, no había televisión, no había nada, y el cine era lo único, y mucha gente se conoció ahí, gente que debe tener muchos recuerdos de él”

Cartelera del cine Roca 1960.
"Amor en la Tarde" comedia romántica 

Por los 60 la fiebre del oro negro copó Tierra del Fuego, y con ella, llegó la prosperidad para muchos comerciantes. El cine, no fue la excepción.

“(Cuando) vinieron las empresas petroleras, la Tennesse, había mucho trabajo, y el Cine trabajaba todos los días, tarde y noche, lo que era mucho decir, los americanos que trabajaban no tenían otra cosa, y tenían para ver películas en su idioma original, para nosotros dobladas al español, fue una época que podríamos catalogar de oro, todo se pagaba muy caro, los huevos, la fruta, era todo carísimo”

Inicialmente el Cine se ubicó en instalaciones del Club San Martín, pero luego desaparecieron durante un incendio donde se quemaron también la Casa “Raful, la agencia Ford, unas tiendas que había, el Hotel Comercio me parece que era, y estaba allí el club, y allí comenzó la historia, pero yo bien no la recuerdo” dice el hijo del fundador.




 Cartelera del Cine Roca en el programa "Documento Semanal"

“En sus inicios el cine era pequeño, pero allí también se hacían bailes con orquestas de Buenos Aires, orquestas de tango, festivales de boxeo. No tenía butacas, tenía sillas, a veces cuando había buenas películas la gente traía sus propios bancos porque no había lugar, después se fue agrandando en dos o tres oportunidades, hasta que al final ya quedó con equipos de los más modernos que hubo en el sur en su momento, butacas buenísimas que hoy están en el cine de Ushuaia (Cine Packeweaia), el que está en la Base” Naval.

En ese entonces los rollos fílmicos se transportaban por LADE y Aerolíneas; “en esa época le daban prioridad a las películas porque no había otra cosa, todos los pueblos chiquitos trabajábamos dependiendo de Comodoro Rivadavia, ya sea Santa Cruz, San Julián, el Turbio, Grande, Ushuaia, Piedrabuena, era una cadena, y se le daba prioridad, Ushuaia con el Cine San Martín y acá el nuestro…”

Durante la charla con Miguel Vázquez, Juan Andrés recuerda que en el cine hizo de todo. Desde “vender entradas, de portero, de acomodador, de operador, barría, limpiaba, fue una época linda y de mucho trabajo” Entonces no habia calefacción a gas, de modo que “siempre unas dos o tres horas antes de empezar la función había que prender las ‘octogonales’, eran tachos de ocho lados, eran los más famosos de calefacción a leña, después pasaba la película”

Vista interior del Cine. Hoy sus butacas forman parte del Pacjewaia de Ushuaia.
De su paso por el Cine, no deja de recordar a compañeros que lo ayudaron en la tarea de dar vida al Cine Roca. “He tenido en esa labor compañeros como Lucho Alderete, al negro ‘Pelé’ Oyarzo, Mario Vera, muy buenos operadores los tres, cada uno en una época distinta” dice.

¿En el cine de calle Espora su padre tuvo algún socio?

Sí, mi padre tuvo un socio, la firma quedó conformada allí por Fernández y Wilson, Roberto Wilson que fue intendente de esta ciudad, fue una sociedad de hecho, fue una excelente persona, él fue otro padre para mí, con él tuve un trato muy bueno, y cuando él dejó la sociedad me vendió y me ayudó incluso a comprar la parte y yo formé la sociedad con mi padre.

¿Hasta qué año funcionó el cine?

Doña María: "lla fue el alma de todo, fue la que siempre nos impulsó"
Funcionó hasta el año ’90, fuimos uno de los últimos en cerrar, estaba totalmente equipado, con los últimos adelantos que había en esos momentos, lo que pasa es que con las películas no pasaba lo de ahora que se tiene los estrenos casi en simultaneo con Bueno Aires, antes dependíamos de Comodoro, Comodoro de Bahía, y Bahía de Buenos Aires, ahora se trae de Buenos Aires a Río Grande, antes no se podía pasar por arriba de los pulpos de cada zona, nosotros éramos un poroto al lado de lo que era Comodoro que tenía todo el sur, por lo que tuvimos que cerrar, ya no se podía seguir más.

Luego de tantos años ¿extrañó esa actividad?

Sí que se extrañó, hubo mucho trabajo, a veces nos levantábamos a las 5 de la mañana para despachar las películas, porque el avión se iba temprano, o esperar luego los helados que traíamos de Río Gallegos, los palitos bombón helados porque acá no se fabricaban, preparar todos los días las entradas numeradas en un tablero, acomodar los caramelos y las bebidas que teníamos en el kiosco y en el pequeño bar, allí se vendía la famosa naranja Bilz, la Bidu Cola... Son muchas las cosas que se perdieron, y al perder el ritmo uno se siente distinto.

En la historia del cine debe haber insertas muchas otras de encuentros, sobre todo de parejas. Debe haber muchísimas de esas historias, sería lindo que la gente contara y dijera por ejemplo ‘yo conocí a mi mujer en el Cine’, porque debe haber mucha gente y parejas que se han conocido en este lugar.

¿Recuerda los estrenos o alguna película en particular?

Una de las películas que más recuerdo es Missing (Desaparecido), una película que trató el tema de los desaparecidos en Chile, la película fue buena, y fue una barbaridad la cantidad de gente vino a verla, no recuerdo si fueron seis días que la dimos, en tres funciones cada día, pero fue impresionante, se llenó en todas las funciones.

Antes teníamos funciones todos los días, doble programa, cambiando todos los días, dependía también de la época, en otros momentos los lunes no trabajábamos y estábamos dando dos días la misma función; finalmente llegó el momento que la dábamos dos o tres veces a la semana, y ya no era el ritmo de tener gente, y de tener la sala llena, con la televisión la gente dejó de venir al cine, fue más la comodidad...