Los vientos de diciembre hicieron lo que no logró el tiempo. Ráfagas de más de cien kilómetros por hora, hicieron que la estructura histórica del viejo puente José Menéndez roce las aguas del río Grande, haciendo que su papel en el progreso del pueblo, casi desaparezca.
Ahí, de inmediato y según las crónicas periodísticas, comenzaron los cruces de funcionarios municipales y provinciales, señalando a uno y mirando a otro lado. Las responsabilidades no quedaron firmes, sin embargo la red dio lugar a descubrir ordenanzas y demás papeles públicos, que hablan de compromisos para con ese gigante de hierro.
Desde el viejo pueblo, ahora ciudad, se organizó un fallido acto de solidaridad al que sólo acudieron unos pocos riograndenses y luego de dimes y diretes mediáticos la Municipalidad comenzó tareas de salvataje aunque asumieron que es “estructuralmente irrecuperable”.
“Los trabajos consistieron en la colocación de eslingas en una de las secciones transversales para soportar el tablero central del antiguo puente colgante. La idea es "colgar" las eslingas en la catenaria central que son los cables que pasan por encima y después engancharlas al piso del puente a la catenaria, en la parte que está en buenas condiciones de soporte y evitar el colapso” publicó recientemente el Portal Sur News.
Sin embargo, y aunque desde muchos años está detrás de la sombra del nuevo puente de hormigón, el casi centenario cruce tiene una biografía, que en nada envidia a otros de su misma edad.
Aquí, una reseña escrita por el reconocido docente Carlos María Ratier.
Ya vimos como el crecimiento ganadero en su expansión, necesitó ir creando infraestructuras que partían de una visionaria organización. Pero de todas las iniciativas traducidas en obras por la Compañía Frigorífica Argentina De Tierra Del Fuego y de pioneros como José Menéndez, queremos hoy rescatar una en especial:
Se trata del antiguo puente colgante sobre el Río Grande. Para facilitar el tráfico de vehículos, peatones y ganado, aumentado por la mayor actividad, se construyó un puente colgante metálico de 100 metros con material procedente de EEUU. Estando ya finalizada la obra, aún no podía ser utilizado al ciento por ciento, en razón del muy difícil acceso a las cabeceras por el mal estado del piso, en el que se formaba un escalón infranqueable. No pasó mucho tiempo cuando una Empresa alemana de Punta Arenas inició los movimientos de tierra necesarios para completar los terraplenes definitivos. Y la obra estuvo terminada.
No hay precisiones sobre la fecha de inauguración del novísimo puente colgante, pero todo indica que fue en 1918 que se inició la obra y que en 1920 quedó finalizada y librada al uso.
Esta historia, conformada sobre los recuerdos memoriosos de vecinos como don Aníbal Allen, Eduardo Van Aken y Sarita Sutherland, nos permiten agregar que dos matrimonios que residían en una modesta vivienda ubicada en la ladera del cerro del Águila, concretaban por turnos la percepción del tributo del peaje, el que bien vale la pena repasarlo:
Los peatones pagaban 20 centavos, de acaballo $ 1, y cruzarlo en automóvil costaba $ 5. Los piños de ganado ovino también pagaban, pero la memoria flaquea y no hay forma ya de recordar el costo de su peaje.
Nuestros informantes también agregan que éstos precios mínimos sólo fueron cobrados durante un corto lapso de tiempo y que definitivamente dejaron de percibirlo cuando el puente fuera donado al gobierno del territorio.
El típico ruido del sonar de las gruesas tablas del piso enmudecieron justo cuando cumplía 40 años de servicios y era reemplazado por el que fuera construido en 1960 durante la gobernación de Ernesto Campos.
Hoy, la visión de los dos puentes nos habla de distintos momentos de la historia de Río Grande. Pero ese antiguo puente colgante que hizo méritos suficientes en el tiempo como para ser declarado Monumento Histórico, debe permitirnos rendir dos homenajes: A la actividad que propició los primeros asentamientos poblacionales firmes y a los pioneros de esta tierra… hombres y mujeres que vinieron de diferentes latitudes con un ideal común: EL DE PROGRESAR EN PAZ Y LIBERTAD.
Textos (salvo señalado): R. Andrés Toledo
Fotografías: Portal Sur News, MOPOF y elfueguino.com