En el número 19 de la revista cultural “Dicho & Hecho” se destaca, como nota de tapa, un excelente informe sobre la etnógrafa Anne Chapman quien recientemente falleciera, reconocida por su trabajo junto a aborígenes mexicanos y fueguinos.
El informe de tres páginas, excelentemente diagramado, contiene pasajes destacados y frases recordadas, como así también fotografías de la investigadora junto a fueguinos nativos, en Honduras y una extensa bibliografía sobre pueblos originarios australes.
El informe, a modo de homenaje, es simplemente imperdible. Le adelantamos un fragmento.
“Recordamos tanto a Anne”
Sobre su vocación por la antropología, Anne Chapman –nacida en Los Ángeles, California, en 1922, y radicada en Niza, Francia, en los últimos años– reconoce que ésta surgió en México motiva- da por el deseo de aprender español y de acercarse a la cultura de ese país.
Chapman formó parte, en la década del 40, de la primera generación de egresados de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), asistiendo a cátedras de maestros como Paul Kirchhoff, Wigberto Jiménez Moreno, Alfonso Villa Rojas y Miguel Covarrubias.
Aún como estudiante de la ENAH profundizó en el conocimiento de los grupos tzotziles y tzeltales de Chiapas.
Además, en esa misma época, y junto con un equipo del entonces Instituto Nacional Indigenista, abordó los problemas de salud de las poblaciones nativas de la costa chiapaneca.
Este compromiso con la mejora en la calidad de vida de los indígenas americanos fue una constante en su trayectoria, inclusive cuando denunció, a fines de los 50, las condiciones de marginalidad de los tolupanes, en Honduras.
Fue discípula de Claude Lévi-Strauss, de quien le asombraba “su habilidad para aportar un sentido suplementario y analítico de los temas de una vasta conglomeración de mitos americanos”.
Anne Chapman, durante años investigadora del Centro de Investigaciones Científicas de Francia (CNRS) y del Museo del Hombre de París, destacó la importancia que puede tener un solo informante para rescatar parte del legado de una cultura. “Durante los años 60 trabajé con los últimos cuatro selk'nam.
Lola Kiepja, la última mujer que había compartido las tradiciones de la etnia, me ayudó a situar los mitos e identificar los personajes, aunque anteriormente los había recogido el célebre antropólogo Martín Gusinde, en los años veinte”. “Esto es un ejemplo de la gran importancia que puede tener una sola persona; hay que conocerla y trabajar con ella, porque ellos reconocen la importancia de lo que están contando”, refirió en una entrevista.
Chapman también investigó con acuciosidad los rituales, mitos, tradiciones y formas de organización de los yamana y los haush, etnias patagónicas.
Como investigadora del CNRS ha sabido poner su talento y entusiasmo al servicio de la preservación de la cultura de un pueblo hoy inexistente. Por otra parte, ha puesto en red y coordinado los trabajos de investigación de centros de investigación franceses, argentinos, hondureños y norte- americanos y ha sido la fuente de innumerables publicaciones científicas y películas documentales.
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